Big Papi
La parte fácil de la historia de David Ortiz es decirles donde ha estado. De 2004-2007, fue el único jugador en la Liga Americana que promedió 40 jonrones, promedio de .300, porcentaje de embase de .400 y slugging de .600. Pero eso no es todo lo que fue.
Tuvo una presencia más grande que los números, una atracción magnética a los grandes momentosy un carisma que transformó esta franquicia.
Por sus problemas con el bate, Ortiz fue sacado del tercer puesto en la alineación de Boston
Así que, ¿qué tiene que hacer un mánager cuando se levanta en el Día de la Recordacion y encuentra a un tipo como ese que se encuentra 86º (de 88) entre los bateadores que cualifican en la Liga Americana (.195), tiene un porcentaje de slugging más bajo (.299) que
Endy Chávez y tiene menos jonrones (uno) que
Yovani Gallardo?
Bueno, Terry Francona ya sabía lo que iba a hacer. Lo sabía desde hacía algunos días, según dijo. Pero también sabía que había un tiempo y un lugar respetuoso para bajar a Big Papi del tercer puesto en la alineación y una serie de fin de semana contra los Mets no era el lugar.
"Toda la semana, yo probablemente sabía lo que iba a pasar," nos dijo Francona. "Pero a la mitad de la serie en Boston, contra Nueva York yo no le iba a hacer eso a él. No quería hacerle eso, de ponerle ese escrutinio encima. Sabía que lo tenía que hacer, pero también querían entender la magnitud de esto. …
"Es muy fácil sentarse y decir, 'Este tipo debe batear octavo o séptimo, o lo que sea.' Pero hay algunas repercusiones que vienen con eso. Así que traté de mirar al escenario completo, aún cuando no siempre es fácil hacer eso."
Los mejores managers en el béisbol siempre han sido hombres que se fijan en los escenarios completos, sin importar que hayan granadas volando por encima de sus cabezas en un dia determinado. Pero eso no significa que deje de ser un reto. Y en el caso de Ortiz, ser paciente, para el manager de los Medias Rojas, significa no meramente dejar de escuchar las diatribas en los programas radiales sino sintonizarse en la psiquis de un hombre que no era un jugador más en el roster de Terry Francona.
"Hable mucho con David," dijo el manager. "Yo respeto mucho a David, y se que es un tipo bien orgulloso. Así que le debía eso. Pero además, David y I hemos hablado de manera muy fácil. Cuando tengo algo que decirle, solo se lo digo y ya. … Así que hemos tenido muy buenas conversaciones en el pasado mes. Es un tipo bien confiable para mí. Así que me puedo sentar y hablar con él. No tengo que ocultarle las cosas. Puedo decirle, 'Esto es lo que veo. Esto es lo que siento.'"
Así que Francona sintió que era importante el hacer más que solo enviar a Ortiz a la "caja de castigos." En el caso de un jugador de su estatura, el manager sintió que era casi mandatorio el mantenerlo involucrado en el proceso de pensamiento que involucra una decisión como esta.
"Cuando las cosas se ponen difíciles, uno tiene que tomar decisiones," dijo Francona. "Y todo el mundo entiende eso. Pero también necesito tener alguna lealtad aquí. Necesito que haya una comunicación como lo entienden todos los demás, como decirlo. No quiero que él piense que está solo en esto. No solo porque no está bateando 50 jonrones, eso no significa que no nos importe."
Así que Terry Francona le dió a Ortiz 40 juegos de ventaja antes de tomar una decisión que tenía que tomar. ¿Acaso el manager le daría tanto espacio a cualquier otro jugador para que recupere? Él mismo admite que no sería así y asi ha sido.
En el 2006, él le quitó el puesto a su cerrador (Keith Foulke) luego de apenas tres juegos en la temporada, y le dio el puesto a Jonathan Papelbon, "porque pense que ese chico era especial y necesitamos hacer algunas movidas."
Pero Keith Foulke no era Big Papi. Así que la pregunta fundamental es: ¿Acaso Ortiz obtuvo toda esa paciencia extra solo por puro sentimiento, o había algo más involucrado aquí?
"No pienso que yo haya hecho algo con lo que no esté de acuerdo solo por como me siento acerca de un jugador," dijo Francona, de manera inflexible.
